Hoy (25 de Agosto de 2019) simplemente me he levantado con ganas de dar mi opinión acerca de un tema en concreto. Se trata únicamente de mi opinión y punto de vista. Obviamente puedes no estar de acuerdo con él. Si es así, me encantaría que dejases en los comentarios cuál es tu opinión.
Creo que la sociedad actual está en decadencia. Se están perdiendo valores que considero imprescindibles para que prosperen relaciones sociales de calidad entre las personas. Uno de estos valores y sobre el cual me apetece dar mi opinión hoy es el compromiso.
El compromiso y la sociedad actual
Creo que el compromiso es un valor muy importante en todos los aspectos de la vida. Podemos hablar de compromiso con uno mismo, compromiso a nivel profesional, compromiso en la amistad, en el amor… Compromiso significa aportarle valor a las cosas, demostrar que de verdad te importa algo, que te preocupas. En fin, se podría decir que el compromiso significa que de verdad quieres algo con todas tus fuerzas, que estás viviendo y haciendo con total intención, y no con mediocridad.
Vivimos en la sociedad del “Carpe Diem”, del tienes que aprovechar el momento, la juventud, hacer locuras, del mirar por uno mismo y no dejar que nadie nos limite, etc. Todo eso está muy bien, pero tan pronto puede ser positivo como se puede desvirtuar y transformarse en la acumulación de vivencias vacías y sin un significado. Es aquí donde el compromiso se torna fundamental bajo mi punto de vista. Lo necesitamos para darle significado a nuestra vida. Es la diferencia entre un verdadero amigo y un colega con el que solo sales de fiesta; entre un rollo de una noche y un abrazo tras haber hecho el amor; entre un sueldo y un trabajo que te llene; entre aprender con ilusión o hacer una carrera por complacer a tus padres. Creo que queda claro.
Hoy en día siento que las personas en general tenemos un miedo terrible al compromiso, e iría más allá y diría que parece que nos lo inculcamos los unos a los otros como algo positivo. Las redes sociales han hecho mucho daño. Nos hacen creer que el resto de las personas están en todo momento teniendo experiencias apasionantes, y que si nos anclásemos a alguien, no podríamos vivir todo lo que los demás viven. No os engañéis, tanto tu vida, como la del resto de personas que ves en las redes es en su mayoría mediocre, es básicamente rutina; ir a trabajar, hacer las labores de la casa, ejercicio, estudiar; y solo en algunas ocasiones es apasionante. Obviamente, este 10% del total es únicamente lo que tú ves,, y que provoca la búsqueda de un ideal de vida que en realidad no existe.
Compromiso y amor
Me voy a centrar en el compromiso en el ámbito de las relaciones amorosas, que es algo que nos toca de lleno a todos. Creo que es aquí donde el miedo al compromiso hoy en día está alcanzando su máximo esplendor. Con las redes sociales tenemos tantas opciones donde elegir que parece que tenemos fobia a estar “fuera del mercado”. Hemos llegado al punto (y esto es algo que me choca sobremanera) donde las personas directamente van con el lema de: “yo es que no busco nada serio”. ¿En qué momento empezamos a prostituir las relaciones entre las personas? ¿Cuándo empezamos a tratarnos los unos a los otros como un mero trozo de carne?
Entiendo que haya gente que tras haberlo pasado mal después de una relación considere que necesita un tiempo para estar solo y que no está buscando nada, de hecho es lo mejor que pueden hacer. Pero incluso en estos casos, considero que sigue siendo un error el ir por delante con ese dichoso lema. Dejemos de ponerle adjetivos a las relaciones con los demás; dejemos de capar las posibilidades con el resto de antemano; dejémonos fluir y ver qué pasa. Entreguémonos a sentir y a los demás.
Está pasando que se junta ese miedo a estar fuera del mercado con el miedo a entregarnos a alguien, y que ese alguien nos haga daño. Esto da lugar a una serie de comportamientos que producen un bucle de retroalimentación positiva (esto básicamente quiere decir, que estos comportamientos te van a acabar dando la razón):
- Veo a gente empezando a conocer a alguien, diciéndose así mismo y a los demás, que no se va a entregar del todo por miedo a “pillarse” de la otra persona, cuando lo que de verdad sienten son ganas de ver a esa persona en todo momento;
- gente respondiendo a mensajes cada 4 horas para que la otra persona no se piense que tiene tanto interés en ella, cuando lo que de verdad les apetece es responderlo al momento;
- gente jugando con el resto en plan, un día sí, pero al otro no, para tener a la otra persona ahí, pero mientras, poder ver si hay algo más en el mercado;
- gente buscando relaciones de una noche para tratar de llenar un vacío que en el fondo saben que solo se llena con amor de verdad.
Con este conjunto de comportamientos, lo único que conseguís es daros la razón a vosotros mismos. ¿Qué esperabas, que no entregándote al máximo iban a salir las cosas bien? Nada más lejos de la realidad. Si te entregas a medias la otra persona acabará inconscientemente dando menos cada día. Y paradójicamente, te sorprenderás de que las cosas han acabado mal. Te dirás: “Es que el amor es una mierda, bla, bla, bla”.
Estoy harto de esta mierda y de esta farsa; harto de este miedo general a mostrarse vulnerables, del miedo a que otra persona pueda saber que sentimos algo por ella; harto de esta coraza que nos imponemos y que se ha puesto de moda hoy en día. Cada vez hay menos cosas que merezcan la pena de verdad, pero si hay algo que de verdad merece la pena en esta vida, es el AMOR.
Sí, lo sabes perfectamente. Sin embargo, el amor es un juego donde hay que ir con todo, no vale dejarse algo por si acaso. O vas o no vas. Si no, no funciona, y hasta que no te hagas a la idea de esto no vas a ser feliz. No necesitas a otra persona para ser feliz, pero sí necesitas amar y que te amen. Esto es lo que en verdad estás buscando cuando tratas de acercarte a esa persona. Sí, esa persona que solo quieres para algo que no sea serio.
Deja de engañarte. Esas relaciones de un día, una semana, un mes… en verdad no te llenan. Se sincero contigo mismo. Tienes miedo, miedo a esa idea que te han creado de quedarte fuera del mercado, miedo a que te hagan daño. No obstante, y como casi todas las cosas que merecen la pena hoy en día, en el amor existe ese riesgo, que es el que al mismo tiempo permite que sea tan increíble cuando lo experimentas.
Ojalá se ponga de moda el amor de verdad, el sentir, el mostrarnos humanos con el resto el comprometernos con algo y con alguien. Estoy convencido de que haríamos de este mundo un lugar mejor. No tengáis miedo a sentir, a que os hagan daño. El mundo esta lleno de personas que de verdad merecen mucho la pena. No os permitáis ese lujo de no descubrirlas por miedo. Merecerá la pena. Te lo aseguro.
Más sobre el compromiso (Febrero de 2021)
Me emociono ciertamente al ver a ese Marcos hablar con tanta firmeza de algo tan importante. Pasaba por una época de dificultades en el plano amoroso, y los que lleváis un tiempo conmigo, sabréis que es algo a lo que yo siempre le he dado importancia. Soy una persona capaz de ser perfectamente feliz por sí misma. Sin embargo, a día de hoy, he terminado de aceptar que disfrutar del amor de pareja es una de esas cosas que no se pueden comparar a ninguna otra. Para explicar a qué me refiero pongamos porcentajes. Sólo, soy capaz de ser feliz al 90%, pero siempre voy a notar que falta ese algo para alcanzar el 100%.
En serio, no se trata de tener una actitud desesperada por encontrar una pareja. No. En mi caso se trata de entender y aceptar, que pese a que pueda ser increíblemente feliz estando sólo sin necesitar de nadie, cuando ese alguien está, y lo más importante, está sumando en mi vida, soy aún más feliz. Creo que lo que te aporta compartirte de una manera sana con otra persona es algo a lo que no puede aspirarse de otra manera. Y os lo dice la persona más individualista que os podéis imaginar.
Dicho todo esto, pues me gusta ponerme (y ponerte) en contexto, ¿qué más quiero decirte a día de hoy sobre el compromiso?
Pues he de decirte que en cualquier situación que te puedas imaginar, el beneficio de comprometerse supera con creces las posibles “perdidas”. Siguiendo con el ejemplo del compromiso con la pareja…
Aquel que huye del compromiso con el objetivo de tener más libertad y más relaciones sexuales, acaba por darse cuenta de que lo que le aporta esa libertad, es elegir a una persona y comprometerse. Ahí es cuando siente que decide libremente (Elijo libremente y con total convicción estar con esta persona). En cambio, cuando tiene cientos de posibilidades donde elegir, se siente perdido y desorientado; no siente que sea libre, depende de las decisiones de otras personas; no sabe a quién elegir.
Y no solo eso, pues además de no obtener lo que estaba buscando, deja de obtener lo mejor de la otra opción (el compromiso). No obtiene la satisfacción de construir una relación con otra persona, no consigue ser capaz de generar una conexión profunda con nadie, no tiene el apoyo de la otra persona, los abrazos sinceros, el saber que alguien se preocupa por ti, la tranquilidad mental que te aporta una relación que no te genera inseguridades (un día sí, otro no), etc.
De repente, cuando decide comprometerse con alguien siente una liberación tremenda en su mente. Toda su capacidad cerebral que estaba empleada en buscar posibles “matches” con el sexo opuesto, se libera. Todas las inseguridades que le generaban esas personas, desaparecen. El amor que buscaba en el fondo de su corazón, lo encuentra. Y el sexo que tan desesperadamente trataba de conseguir para llenar un vacío, lo tiene, y encima con unos niveles de complicidad que ni si quiera podría imaginarse.
Cuando no te comprometes recibes lo peor de los dos mundos. No acabas de disfrutar esa libertad de compromiso, ni todo lo bueno que te aporta el comprometerte. Es un consejo: Busca el compromiso, persíguelo. Todo lo que merece la pena en esta vida requiere de compromiso.
Voy a terminar con otro ejemplo, para terminar de hacerte claras mis ideas. Te voy a poner un ejemplo de la persona que no se compromete con su salud por miedo a dejar de disfrutar de ciertos placeres. No obtiene ni los beneficios de tener una buena salud, entre los que se encuentra, el poder disfrutar de los placeres de la vida sin que tengan un impacto tan negativo en tu salud (es decir, si estás sano, el efecto negativo de ingerir “comida basura” es menor que si no lo estás), ni obtiene el disfrute pleno de esos placeres, que es lo que persigue. Pues, cada vez que se da un placer de este estilo, siente remordimientos al saber que está perjudicando su salud. Come con culpa, y al final nunca termina por disfrutar nada.
Si has seguido leyendo hasta aquí, quiero agradecerte enormemente el tiempo dedicado a mi contenido y mi persona. Lo valoro mucho, y espero de veras, haberte aportado.