El dolor lumbar es uno de los principales problemas afectando a la salud de la población en la actualidad. Por desgracia, existen gran cantidad de mitos y desinformación al respecto.
“El dolor lumbar se encuentra a unos niveles epidémicos. Aunque sus causas son aún pobremente entendidas, las opciones de tratamiento han mejorado, siendo hasta la fecha, el propio poder de curación del cuerpo la opción más fiable” (A. 1998).
Hoy quiero compartir con vosotros algunos de los aspectos clave de un artículo científico escrito hace ya más de 20 años…
Es vital que toda la población conozca la información de este artículo, pero sobre todo, sería importante que lo conociese la comunidad médica… Así que voy a tratar de contribuir a aportar un poco de luz en este aspecto.
Considerad la siguiente paradoja. La economía occidental es cada vez más postindustrial, con menor cantidad de trabajos pesados, más automatización y mayor dependencia en ordenadores que ahora realizan nuestro trabajo. Además, el campo de la medicina ha mejorado significativamente en cuanto a las pruebas de diagnóstico de la columna, y se han desarrollado nuevas formas de tratamiento tanto quirúrgico como no quirúrgico. Sin embargo, la ausencia laboral debida al dolor lumbar no ha parado de aumentar.
Causas de dolor lumbar
El principal problema para discernir cuál es el origen del dolor lumbar se debe a la existencia de multitud de posibles causas. Además de las típicas como: lesión en los músculos de alrededor, artritis en las caras articulares o los discos, la tan conocida hernia discal; incluso estenosis del canal lumbar que puede estar comprimiendo un nervio; existen otra gran cantidad de causas posibles:
- Enfermedades en otras partes del cuerpo como los riñones, el páncreas o el estómago.
- El propio dolor lumbar puede ser el síntoma de otras enfermedades subyacentes tales como cáncer o infecciones óseas.
- El estrés suele generar dolor lumbar en muchas ocasiones.
- Conflictos emocionales no resueltos pueden producir tensiones en el cuerpo que acabarán desembocando en dolor.
Por otra parte, la mayor parte de los pacientes no son capaces de recordar un incidente específico con el que comenzase su sufrimiento. Además, el levantamiento de objetos pesados o las lesiones, aunque son un factor de riesgo, no pueden explicar la mayor parte de los episodios de dolor lumbar.
El dolor lumbar generalmente ocurre sin más. Esto genera un gran desconcierto tanto en la población como en la comunidad médica.
Desafío en el diagnóstico del dolor lumbar
Este desconcierto en la comunidad médica se refleja en la siguiente realidad: “Para un mismo problema, dependiendo a que profesional acudas, recibirás un diagnóstico diferente”.
- El reumatólogo generalmente te mandará a hacer pruebas para determinar si hay indicios de artritis.
- El neurocirujano te enviará a realizar una prueba de imagen con la esperanza de descubrir alguna hernia discal.
- El neurólogo tratará de buscar resultados electromiográficos que pudiesen demostrar la implicación de un nervio.
¿El problema? Que encontrar alguna de estas evidencias en los diferentes tipos de prueba no significa que hayamos encontrado la causa del dolor lumbar, ya que se ha demostrado que tanto sujetos con dolor como sin dolor presentan en muchos casos los mismos resultados.
De hecho, la evidencia más actual solo recomienda la realización de pruebas de imagen a personas que hayan sufrido lesiones de gravedad en caídas o accidentes de coche. Sin embargo, se siguen realizando de manera indiscriminada a casi todo el mundo.

El problema del tratamiento pasivo en el dolor lumbar
Desgraciadamente, el reposo y el descanso en cama sigue siendo el tratamiento por defecto en estos casos. Atento a la evidencia existente:
- Se ha demostrado que 4 días de descanso en cama no son más efectivos que 2 o que incluso, ningún día de descanso. El miedo de que la actividad podría empeorar la situación y retrasar la recuperación es totalmente infundado.
- No solo esto, sino que además, las personas que se mantienen activas pese a sufrir dolor agudo tienen menos probabilidades de transicionar hacia un problema de tipo crónico y utilizan menos recursos médicos.
- Similar a esto, las inyecciones con corticoides parecen no ser más efectivas que inyecciones de placebo…
- Si el dolor lumbar no proviene de una hernia discal, la intervención quirúrgica no aportará ninguna solución (únicamente tendrá un efecto placebo).
- Contrario a esto, cada vez hay evidencia más significativa respecto al papel del ejercicio físico a la hora de prevenir y solucionar este problema (de esto hablaremos en otro artículo).
Resumen de los principales mitos relativos al dolor lumbar
Para terminar este artículo, el cual espero, estéis encontrando cuanto menos revelador, os dejo con algunos de los principales mitos que persiguen al dolor lumbar:
- Si tienes una hernia de disco (también protrusión y similares) debes operarte.
- Las pruebas de imagen (Resonancias, rayos-x…) siempre identifican la causa del dolor.
- Si te duele la espalda debes reposar hasta que el dolor se vaya.
- La mayor parte de los problemas de espalda son causados por lesiones o por levantar objetos pesados.
- El dolor lumbar es normalmente incapacitante .
- Todo las personas con dolor lumbar deberían hacerse una prueba de imagen por sí acaso.
- El descanso en cama debe ser el eje del tratamiento.
Creo que todo el mundo que lea esto conoce al menos a una o varias personas que padecen este problema. Os animo a que compartáis esta información con ellos, les podéis ayudar enormemente.
Referencias
- A., Deyo. 1998. “Low Back Pain.” Scientitific American: 49–55.