Quizá esperes que vengo a hablarte del alcohol desde el punto de vista nutricional. Igual estás leyendo esta entrada con la esperanza de que no sea “tan malo”, para así poder tomarte esas cervezas o vinos con más tranquilidad. Pues no, no vamos a hablar del alcohol desde esa perspectiva. Vamos a hablar del alcohol desde una perspectiva que te puede dar que pensar aún más.
Personalmente soy una persona que no bebe alcohol. No en el sentido de ser abstemio o tener una prohibición, no. Más bien, en el sentido de que muy rara vez bebo. Nunca me apetece beber. Por ejemplo, en los últimos 6 meses me he tomado un día dos botellines pequeños por socializar un día (que rara vez lo hago, me suelo pedir agua o agua con gas), y otro día me bebí un poco de crema de orujo con mi familia en un día de celebración.
La última vez que me emborraché (tampoco nada del otro mundo, estuve mucho peor en otros momentos de mi vida) fue como hace año y medio, y para que te hagas una idea, la vez anterior se remonta a 3 o 4 años antes de ese momento. Pues bien, ese día tuve una crisis existencial brutal. Odié tanto la sensación, que ahora mismo veo muy difícil que vaya a querer ponerme en esa situación de nuevo. ¿Y por qué lo pasé tan mal? Pues porque me sentí incapaz de “ser yo”. Sentí tal impotencia al no poder prestar atención como lo hago siempre; al no poder coordinar de manera normal; al no poder expresarme cómo me gustaría… Me pillé tal enfado, que acabé dándole un puñetazo a un mueble en un arrebato de ira.
Voy a ser sincero contigo. ¿Sabes que fue lo que me jodió tanto? Pues que iba a hacer el amor con mi chica y sentía, que por culpa del alcohol no podía disfrutar de ella. No podía prestar atención. No me sentía capaz de conectar con ella. Y ahí me di cuenta de porque no me gusta beber, más allá de por los efectos perjudiciales para la salud, y muchas veces por la pérdida del día siguiente a causa de la resaca. No me gusta beber porque me encanta mi vida. Me encanta cómo soy. Me encanta cómo pienso. Me agradan los pensamientos que hay en mi cabeza. Me gusta la forma en la que me relaciono con los demás. Me encanta poder escuchar a otros y conectar. Tengo confianza en mí mismo y en lo que soy.
Y aquí está la clave, y con lo que quiero hacerte reflexionar. No me gusta beber porque no necesito escapar de mi realidad. No necesito olvidarme de mis problemas (porque realmente no son problemas, son retos). No necesito olvidarme de pensamientos intrusivos que me persiguen (porque ya no los hay). No necesito obviar asuntos pendientes conmigo o con los demás (porque los he solucionado). No necesito escapar de mi conciencia, pues está muy tranquila (porque no miento).
Y quiero citarte esta frase de Jordan B Peterson en su libro “12 reglas para vivir”:
“El alcohol le saca de encima a la gente durante unos momentos la tremenda carga que supone la consciencia de uno mismo”
Jordan B Peterson
¿Quiere decir que la persona que disfruta de tomarse 2 copas de vino el sábado con su pareja huye de la realidad? No. ¿Quiere decir necesariamente que a la persona que le gusta la sensación que produce el alcohol huye de la realidad? Tampoco. Pero quiero que al menos te pares por un momento a reflexionar sobre ello y sobre tu consumo de alcohol.
- ¿De qué huyes?
- ¿Qué es lo que te atormenta?
- ¿Qué es lo que realmente estás buscando?
- ¿Qué asuntos pendientes tienes contigo mismo o con otra persona?
- ¿A quién has mentido y te arrepientes?
- ¿Qué responsabilidades estás escondiendo “debajo de la alfombra”?
- ¿Qué decisiones sabes que tienes que tomar y estás posponiendo?
- ¿Te sientes sólo?
- ¿Te da miedo ser tú mismo delante de los demás?
- ¿Sientes una presión excesiva porque crees que todo el mundo te observa?
- ¿Odias tu trabajo? ¿Esperas con ansía que llegue el fin de semana para poder “disfrutar”?
Preguntas, preguntas y más preguntas… Eso es lo que deberías hacerte cada día hasta que no quede nada de “mierda en el cajón”. Hasta que remuevas todos los asuntos pendiente del pasado. Hasta que te guste lo que hay y lo que ves en ti.
Y ese día puede llegar. A veces tarda un poco si es que has estado muchos años acumulando “mierda”. Pero entonces llega. Y experimentas que se puede tener paz interior y que puedes vivir tranquilo, pues ya no necesitas cargar con una pesada mochila cada día. Ahora puedes afrontar los nuevos problemas que se te presentan según van surgiendo, porque estás en una buena disposición de recibirlos y solucionarlos. Y nunca dejas que se acumulen de nuevo, porque sabes el infierno que supone dejar que se amontonen.
Esto que te propongo es inmensamente difícil. A mi me ha llevado años y años de escribir. Me ha llevado horas y horas de conversaciones difíciles conmigo mismo y con los demás. Cualquiera no tiene el valor de pasar por esto. El dolor que vas a tener que atravesar es brutal, pero la alternativa es peor, y lo sabes. Por eso bebes, para huir de todo esto. Y con suerte rápido llegará el lunes y con los quehaceres y el estrés del trabajo y el hogar, tendrás una excusa para seguir sin reflexionar.
Como siempre digo, si te has sentido atacado con estas líneas; si te has sentido incómodo… Más razón aún para pararte a reflexionar. Algo de verdad habrá en estas líneas. Seguro.
Cuéntame qué te he parecido esta lectura en los comentarios. Me encantará leerte. Gracias por tu tiempo.
Muy cierto lo que cuentas Marcos.
Me alegro que estemos de acuerdo en este tema 🙂
Eres un sabio mayor encerrado en un contenedor muy jóven. Excelente tu reflexión. Soy una mujer de 57 años con mala conducta alimenticia y aficionada al whisky porque mi organismo ya no tolera otra cosa. Y aún tratando de aprender nuevos caminos para ver si aún puedo corregir mis problemas de salud (a ver si alargo esta vida que mucho me gusta y en buen estado) escuchando la sabiduría que muchos que como en tu caso generosamente comparten. Llevo 3 semanas sin comprar whisky, tratando de cambiar hábitos foscilizados. Deséame suerte. Un abrazo.
GRACIAS! Me alegro que te haya gustado Marcela. Y desde luego, te envío mucho ánimo y mucha fuerza para ese difícil cambio que estás tratando de emprender.
Un abrazo.
Gracias por escribir eso, yo hace años no bebo como lo hacía antes y como dices tú no por abstemia sino por qué me gusta mi vida no necesito beber para socializar o compartir con amigos o familia, antes lo hacía y un día perdido después, ahora soy consciente que el alcohol no proporciona nada más que dañar tu cuerpo. Un abrazo
Gracias a ti de verdad por leerme y por compartir tu testimonio.
Un abrazo.
Muchisimas gracias… me encanto ☺️ nunca eh bebido y no pienso hacerlo.
Gracias por tu comentario Cintia. Me alegra mucho que te haya gustado.
Mucha suerte Marcela, felicitaciones por ese gran paso conseguido de 3 semanas! Tú puedes, por supuesto que puedes! Adelante! Un abrazo y muchas luz en tu nuevo caminar✨
Increíble, me has ayudado a aclarar mi mente. Yo intuía que no me traía nada bueno beber y las veces que lo he hecho es verdad que fueron para huir de mi realidad , pero me gusta mi vida . Gracias Marcos! Saludos desde Perú
Vaya Valentina, gracias por tu comentario. Uno nunca piensa que pueda ser de tanta ayuda lo que comparte. Muchas gracias por decírmelo.
Excelente reflexión
Muy interesante Marcos, como todo lo que compartes 😊. No soy aficionada al alcohol, pero sí de ve en cuando me apetece una cañita o un vinito, aunque cada vez menos.
Gracias por compartir tus conocimientos. Te lo curras mucho 🤗
No, muchas gracias a ti por valorar lo que comparto y por decírmelo. Me alegra que te haya gustado y que disfrutes mi contenido.
Gracias María.
Estoy totalmente de acuerdo. Puedo ver cómo es un escape o una salida , momentánea. Y muy cara , pues el aturdimiento del día siguiente o al tiempo que sucede , es muy fastidiosa. Siempre acabo llegando a la misma conclusión, aunque a veces cuesta decir no, x costumbre , sin embargo esas preguntas que planteas son la clave , yo creo. Gracias x compartir!!! 🥰
Alejandra! Muchísimas gracias por pararte a leer el artículo y por escribir el comentario.
Me alegra mucho que te haya gustado 🙂
De acuerdo a enfrentar retos y realidades para no fugarnos en el vicio alcohol,drogas,juegos,sexo y más…
Gracias por comentar y por tu tiempo en leer el artículo.
Muchísimas gracias por tus aportes, y muchísimas gracias por hacernos reflexionar sobre este tema que , tan socialmente extendido, parece que no le demos la importancia que tiene !!Gracias
Muchas gracias Noe por dedicar tu tiempo a leerme y por un comentario tan positivo hacia mí. Lo valoro mucho 🙂
Excelente reflexión Marcos, este tipo de aportes son necesarios para avanzar en la búsqueda de una vida plena, claro que habrá otros enfoques y es tarea de todos seguir la búsqueda con aptitudes críticas.
Gracias
Muchas gracias Aníbal por tu comentario. Me alegra que encuentres de valor lo que comparto, y sin lugar a dudas, concuerdo con lo que has aportado. Seguir buscando y ser críticos.
Un abrazo.
Varios que toman dicen que lo hacen, porque la realidad es aburrida
Eso es que no saben mirar la realidad desde los ojos de la curiosidad. me faltan vidas para poder hacer y conocer todo lo que quiero en esta vida.
Un saludo.
En España está totalmente aceptado entre los jóvenes que socializar va unido al consumo de alcohol, sin embargo las autoridades sanitarias no se implican lo suficiente para informar de los peligros que conlleva. Un alcohólico lo es para siempre y en un accidente de tráfico implica a víctimas inocentes. Cuando obligarán a poner advertencias del peligro de su consumo en las botellas al igual que se hace con el tabaco?… se habló de ello pero lo han parado, está claro que detrás hay muchos intereses económicos.
Sin duda Manuel. En España y en muchos otros países. Creo que el alcohol, a parte de intereses económicos, tiene detrás otros intereses más relacionados con “dormir” a la población.
Creo que el utilizar el alcohol en sí no es el problema…más bien es el síntoma…” tapar la botella” es un paso…descubrir el porqué…mirar dentro de uno…trabajar en ello es el paso más importante. Puede pasar que uno deje de beber…y pronto se haga de otra muleta para seguir el camino. Muy acertadas las preguntas!
Gracias Agatha, no solo por leer el artículo, sino por dejar una reflexión tan importante y cierta.
Me alegra que te haya gustado.
Que cierto y que difícil! Estoy en ese intento. Estas reflexiones me han dado un nuevo envión! Gracias
No, gracias a ti por leerme y por comentar! Me alegro que sea así. Vamos a por ello 🙂
Me ha gustado porque has enfocado los escenarios extremos habituales,uno cuando sales como los toros por la puerta grande a beberte hasta los charcos y otro el de socializar que es el más común pasadas ciertas edades 😁,quizás el escenario de borracho* no se me levanta *lo hubiera omitido en tu escrito😂 ,perdón por la expresión…Lo cierto es que a mi hace años que no me apetece beber y pienso que no es ni malo ni bueno, sino que depende de cómo te encuentras socialmente para esas cerves con amigos y que también pueden venir bien esas escapadas de la realidad sin perder los papeles y disfrutar con el alcohol , repito sin perder el control y por supuesto enfocado en lo importante disfrutar del momento para mí no es negativo en su justa medida claro.😉
Gracias María Dolores por tu feedback.
Como todo, yo aprendo mucho de vosotros y en este caso de ti. Aún mi relación con el alcohol es algo que seguirá evolucionando.
un fuerte abrazo.
Hola Manuel, vivo en Chile y nosotros si tenemos etiquetas en el alcohol y tabaco, pero créeme igual hay accidentes de tránsito por alcohol y menores de edad consumiendo tabaco… ésta creo a mi parecer, es una decisión personal la del consumo, acá al menos tenemos información, y a pesar que es penado por ley.. siempre hay gente irresponsable.
Ser consciente es la primera palabra que me viene a la mente después de leer tan interesante y locuaz, muchas gracias Marco por ello, las preguntas que planteas me parecen necesarias y valientes! Yo siempre tuve muy claro desde muy jovencita que no quería en mi vida ni drogas ni alcohol, soporté muchas burlas y además en una época trabajé en bares musicales por necesidad y me pasaba las noches de los fines de semana bebiendo mi gran botella de litro y medio de agua, no había quien pudiese conmigo ante mi firmeza. Me siento muy bien conmigo misma ya que como tú comentas, siempre he querido ser consciente de mí, de mi mente y de mi cuerpo. En ocasiones puedo tomar una copa de buen vino tinto y siempre comiendo, saboreando y compartiendo. Reconozco que me encanta no beber alcohol y si el agua que para mí es un verdadero regalo. Deseo conciencia para todos. Gracias por todas tus aportaciones, abrazos y Salud!
Vaya Laura. No sabes lo agradecido que estoy por tu mensaje. Gracias por valorar lo que comparto y por contarnos tu historias. Es muy enriquecedora.
Te mando un fuerte abrazo.