La vida son etapas. Cada una diferente y con cosas nuevas que enseñarnos. La vida requiere de cambio y de avanzar; de quemar una etapa y pasar a la siguiente. Sin embargo, constantemente tenemos miedo y nostalgia. No sabemos aceptar que ese momento ya ha pasado, y nos aferramos a pequeñas experiencias tratando de revivir aquel momento o aquella etapa.
Esta manera de actuar nos deja una sensación agridulce porque nunca conseguimos revivir del todo esa sensación del pasado y al mismo tiempo, esta acción es incongruente con nuestros valores actuales, que son los que se relacionan con la etapa que nos toca vivir ahora mismo.
No aceptamos que ya no somos el mismo o la misma que en ese entonces, y nos boicoteamos en el proceso de la vida, que no es otro que el de avanzar y crecer… Esto, nos puede enseñar varias cosas.
Aprovecha el momento presente
La primera, y que en el fondo sabemos, pero no actuamos como si lo supiéramos, es que aprovechemos el momento presente, porque nunca va a volver.
Que seamos conscientes de que siempre miramos al pasado con nostalgia, por lo que no deberíamos creer mucho aquellos pensamientos o sentimientos que se nos vengan a la cabeza pues, con casi total seguridad, en el futuro miraremos a este momento actual también con nostalgia. Esto nos choca, porque a primera vista este momento parece ordinario, pero no nos damos cuenta de que esa etapa o momento que anhelamos también se sentía ordinario cuando lo estabas viviendo.
Así es la vida de paradójica. por lo tanto, grábate esto a fuego:
«Lo ordinario es extraordinario.»
Aprecia el momento presente
La segunda, que parece que dice lo mismo que la primera, es que apreciemos el momento presente. Y ojo, porque hay una diferencia sutil, pero fundamental entre aprovechar y apreciar.
Apreciar quiere decir poner consciencia en ese momento que estamos aprovechando. Algo así como mirarlo en tercera persona, para ser conscientes y valorar de verdad eso que nos está ocurriendo ahora mismo.
Vivimos en piloto automático y no valoramos todo lo que nos pasa. De verdad.
Fluye
La tercera, es que desarrolles la capacidad de fluir en este preciso momento para así, evitarte momentos de insatisfacción innecesarios.
Cada etapa está hecha para fluir en ella, para aprender lo que nos tiene que enseñar y poder avanzar a la siguiente. Si no fluimos, no crecemos, y cuando no crecemos no es que nos estemos manteniendo en el mismo punto, sino que estamos retrocediendo.
No tengas prisa en quemar etapas tampoco. La vida tiene sus tiempos. Tu únicamente céntrate en ser consciente de si ahora mismo te encuentras en crecimiento. Si es así, esta todavía es tu etapa.
Se flexible y ten la mente abierta
La última, relativa a todo lo anterior por supuesto, es que desarrolles una personalidad flexible y de apertura ante la vida, pues esta, muchas veces, nos lanza súbitamente de una etapa a otra por diversas circunstancias.
El problema, es que cuanto más nos opongamos o más luchemos por permanecer en la anterior etapa, más daño nos vamos a causar a nosotros mismos.
Cuando cortas tu crecimiento la vida te lo hace saber con un sentimiento de infelicidad e insatisfacción. tienes que aprender a soltar y avanzar para poder ser feliz.
No queda otra.
Gracias por leerme.