Introduciendo el dolor: Parte 4.2. Modelo Biopsicosocial de tratamiento

En el artículo anterior abordamos el modelo de tratamiento tradicional del dolor, también conocido como modelo biomédico. Si no lo has leído aún, te recomiendo que lo hagas antes de meterte de lleno en este artículo, el cual va a tratar del tratamiento del dolor, pero desde la perspectiva del modelo Biopsicosocial.

Tratamiento del dolor desde la perspectiva del modelo Biopsicosocial.

Ante las carencias que presenta el modelo biomédico en el tratamiento del dolor, surge el modelo biopsicosocial, que trata de aportar un poco de luz a todos aquellos casos de dolor que no son agudos.  En la actualidad, ha demostrado ser el modelo más ampliamente aceptado y también, la perspectiva más heurística a la hora de entender y tratar el problema del dolor crónico (1).

El modelo biopsicosocial abarca tanto la afección (el dolor) como la enfermedad en su sentido más amplio, vista como una compleja interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales.

Este modelo entiende que la experiencia del dolor es única en cada persona y que debido a la gran cantidad de factores influyentes no se debe esperar que mediante el abordaje de una única variable se vaya a resolver el problema.

En la parte derecha de la siguiente imagen se pueden observar algunos de los factores (hay bastantes más) que pueden influir en la experiencia del dolor, su desarrollo y su mantenimiento.

tratamiento biopsicosocial del dolor
Modelo conceptual de los procesos interactivos biopsicosociales implicados en la salud y la enfermedad (Modificada de Gatchel, 2004).

Creo que queda claro el hecho de que hace falta mucho más que reposo y antiinflamatorios para tratar un problema de estas características.

¿En qué se traduce la aplicación del modelo Biopsicosocial?

Te pongo el ejemplo de una persona que lleva sufriendo dolor lumbar durante más de tres meses. Esta sería la manera de abordar el problema desde la perspectiva biopsicosocial:

Seguramente la solución ya no pase por reducir el dolor mediante antiinflamatorios y además, se dejará de poner el foco únicamente en un problema estructural, es decir, en el daño que se haya podido producir en la columna lumbar, pues lo más seguro es que no presente ningún daño ni secuela de ese episodio que desencadenó el dolor.

A partir de aquí, se barajarán los diferentes factores que pueden estar provocando el desarrollo y mantenimiento de dicho dolor. Sin embargo, primero es necesario evaluar a la persona y extraer información acerca de su situación general con el objetivo de discernir entre aquellos factores que puedan estar teniendo más influencia sobre su dolor.

Una vez se ha obtenido esa información, se puede empezar a aplicar un tratamiento totalmente individualizado que ponga el foco sobre aquellos factores que más implicación pueden tener en la persona.

En las siguientes entradas aprenderemos sobre qué factores son en general los más influyentes, sobre cuál puede ser su impacto, tanto negativo como positivo, y abordaremos algunas de las estrategias más efectivas a la hora de reducir o maximizar su influencia, en función de lo beneficioso o perjudicial que pueda resultar dicho factor.

Y tú, has empezado a pensar sobre tu dolor como algo que va más allá de un simple dolor?

Referencias

1.        Gatchel RJ, Peng YB, Peters ML, Fuchs PN, Turk DC. The Biopsychosocial Approach to Chronic Pain: Scientific Advances and Future Directions. Psychol Bull. 2007;133(4):581–624.

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