Tras haber pasado por encima de estos conceptos en alguna de las entradas anteriores (las cuales te recomiendo leer), hoy vamos a empezar a abordarlos de manera directa. En este caso hablaremos del primero de los dos modelos de tratamiento predominantes hoy en día: el tratamiento biomédico o tradicional del dolor.
¿En que consiste el tratamiento biomédico o tradicional del dolor?
Uno de los mayores retos para los servicios médicos en referencia al tratamiento del dolor es que generalmente, es mal informado por parte de los pacientes y además, mal diagnosticado por parte de los médicos. Existen gran cantidad de estudios donde se ha constatado como a un mismo dolor (una sola persona) se le han otorgado nueve causas diferentes al acudir a nueve centros médicos distintos (1).
El enfoque de tratamiento del dolor que se está llevando a cabo hoy en día en los centros médicos se trata de un abordaje de tipo pasivo, es decir, reposo junto con la ayuda de medicamentos para reducir los niveles de dolor, generalmente antiinflamatorios (Ibuprofeno y similares).
Se trata de una perspectiva muy reduccionista y con muchas probabilidades de no ser efectiva. En primer lugar, y como veremos más adelante, porque el reposo total no es una opción (al menos no más de unos pocos días, y dependiendo del caso) y en segundo lugar, porque el uso de medicamentos solo va a ser efectivo en las primeras fases de un dolor agudo. No obstante lo que ocurre, es se están utilizando de manera indiscriminada en cualquier clase de dolor, tanto agudo como crónico.
Por otro lado, no es solo que los medicamentos vayan a ser poco efectivos, sino que, además, tienen bastantes efectos perjudiciales, siendo algunos de ellos:
- La propia dependencia que genera su uso.
- El daño que pueden producir en el sistema gastrointestinal (básicamente, todos estos problemas de estómago tan famosos hoy en día pueden estar causados o potenciados por el uso de medicamentos de manera indiscriminada) (2).

Médicos y tratamiento del dolor
¿Esto quiere decir que los médicos sean malos profesionales y que acudir a ellos sea un error? Pues ni mucho menos, tanto una cosa como la otra. El problema es que el tratamiento del dolor es algo muy complejo y los médicos no disponen de los recursos, ni mucho menos del tiempo necesario para poder tratarlo desde otra perspectiva (ya sabemos como están las colas de cualquier sala de pediatría).
Por lo que ellos optan por la opción más conservadora y con menos probabilidad de causarte un perjuicio, lo que es totalmente entendible. Además, la mayor parte de los dolores tienden a desaparecer sin ejercer ninguna acción o tratamiento específico sobre ellos y se sabe, que uno de los aspectos más importantes para reducir las posibilidades de que un dolor se cronifique es precisamente el control de los niveles de dolor en las etapas iniciales. Un aspecto sobre el cual los medicamentos intervienen de manera bastante efectiva (2).
Teniendo en cuenta lo anteriormente comentado se puede decir que la opción de tratamiento que eligen la mayor parte de los médicos tiene toda su razón de ser y que además, en muchos de los casos tiene un efecto positivo. Sin embargo, ¿qué ocurre con todos aquellos casos donde este tipo de tratamiento no solo no tiene efecto, sino que esta contraindicado? Pues es precisamente aquí donde entra en juego el modelo de tratamiento biopsicosocial del dolor.
Aplicación práctica
Atendiendo a todo lo relatado en este post, ¿cuándo es recomendable el uso de medicamentos junto con una reducción bastante drástica de los esfuerzos a los que es sometida la zona dañada?
- En la primera fase de un dolor agudo, es decir, hasta una semana después de haberse producido el incidente que haya desencadenado el dolor.
- Si tras este margen de tiempo no notas ninguna mejoría, lo más seguro es que tengas que buscar otra manera de abordar tu problema.
En lo que se refiere específicamente al dolor lumbar, no siempre se aplica la anterior ecuación, ya que en muchos casos el dolor no responde a ningún evento específico y no se sabe la causa de su aparición. En estos casos la recomendación es la de no te tomar ningún medicamento a no ser que los niveles de dolor sean tan elevados que no te permitan proseguir con tus niveles de actividad diarios con normalidad.
Referencias
1. Breuer B, Cruciani R, Portenoy RK. Pain management by primary care physicians, pain physicians, chiropractors, and acupuncturists: A national survey. South Med J [Internet]. 2010 Aug [cited 2019 Feb 26];103(8):738–47. Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20622716
2. Moore RA, Chi C-C, Wiffen PJ, Derry S, Rice AS. Oral nonsteroidal anti-inflammatory drugs for neuropathic pain. Cochrane Database Syst Rev [Internet]. 2015 Oct 5 [cited 2019 Feb 26];(10). Available from: http://doi.wiley.com/10.1002/14651858.CD010902.pub2